Sabado 10 de Noviembre del 2012
La Catedral de Santiago recibió a niños, jóvenes, apoderados y docentes de los establecimientos educacionales inspirados por san Juan Piamarta el sábado 10 de noviembre. Todos ellos, junto a monseñor Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago, el cardenal Francisco Javier Errázuriz, el reverendo padre Humberto Loyola, superior regional de los Padres de la Sagrada Familia de Nazaret y monseñor Héctor Gallardo, Vicario General de Pastoral, celebraron la canonización del sacerdote italiano oficiada el 23 de octubre pasado en la Ciudad del Vaticano.
Banderines, pañoletas y lienzos adornaban un ambiente festivo. Al inicio de la celebración, se recordaron las palabras con las que el Papa Benedicto XVI destacó el testimonio del religioso para la Iglesia Universal. San Juan Piamarta “fue un gran apóstol de la caridad y de la juventud. Percibía la urgencia de una presencia cultural y social del catolicismo en el mundo moderno. Por eso se dedicó a hacer progresar cristiana, moral y profesionalmente a las nuevas generaciones con claras dosis de humanidad y bondad”, dijo. Para responder a este regalo, su familia espiritual en Chile se comprometió a renovarse en la educación y la acogida a jóvenes y niños.
Fe, compromiso y oración
En su homilía, monseñor Ezzati agradeció el reconocimiento a la vida de san Juan Piamarta. “Es la Iglesia entera que se siente bendecida por la presencia salvadora de Jesús, que se siente enaltecida por la gracia de Dios y que se siente confortada en su camino hacia la patria definitiva”, detalló.
A continuación mencionó tres grandes lecciones que el nuevo santo entrega como desafíos para hoy. La primera fue su seguimiento de Cristo. Este “es el regalo más grande que recibió en su vida y que supo hacer crecer e su corazón y en sus obras”, sostuvo. Y “es el regalo que Dios a través de él, nos ofrece también a nosotros”, agregó. Sobre todo en este Año de la Fe, hay que agradecerla, dijo, pues se injerta en nuestra propia vida para que producir frutos abundantes.
La segunda característica de este sacerdote es haber sido un apóstol de la caridad, tal como lo identificó el Papa. El amor que experimentó en su vida, lo transformó en amor a los demás, explicó el Arzobispo de Santiago. En especial a los más pequeños, pobres y con un futuro incierto, profundizó. En su labor educativa y de acogida “supo ofrecer a jóvenes y niños un camino que reflejara el amor que Dios tiene por sus hijos”, añadió en su homilía. También nosotros estamos desafiados a superar el individualismo para aprender que seremos plenamente desarrollados solo cuando quienes nos rodean también gocen de los beneficios del crecimiento económico, expresó monseñor Ezzati.
Toda esta acción fue imposible de llevar a cabo sin una profunda amistad con Jesucristo en la oración. Especialmente en la Eucaristía encontró la fuerza para vivir su vida de santo, dijo el Pastor. Y esta es también una lección para nuestro tiempo. “No podemos realizar el proyecto de Dios si no encontramos en él la fuerza para la misión”, manifestó.
Dirigiéndose a los jóvenes, aseguró que “la Iglesia sabe que puede confiar en ustedes” y anheló encontrar en ellos “aquellos cristianos que de verdad quieren ser testigos del amor de Dios en medio del mundo”.
Tras la bendición final, monseñor Ezzati presentó una reliquia del nuevo santo para la veneración de la feligresía nacional.
Fuente: Comunicaciones Santiago www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 10/11/2012
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